Encontrar un buen lugar donde poder hacer la experiencia de avistar ballenas es más oportunidad que suerte y esta experiencia lo demostró.
Encontrar un buen lugar donde poder hacer la experiencia de avistar ballenas es más oportunidad que suerte y esta experiencia lo demostró.
Siempre tuvimos en nuestras mentes que esta actividad debíamos realizarla y sabíamos que Vancouver era una gran oportunidad para poderla concretar.
Para realizar esta actividad decidimos contratar los servicios de una agencia local que se encargara de la logística por nosotros.
Ellos nos recogerían del hotel, nos llevarían hasta el puerto de embarque y luego de la actividad regresarían por nosotros para retornarnos al hotel.
La agencia que contratamos se llama Lioness Tours y la ventaja es que te ofrece los servicios de tours en español, tienen buenos precios y la atención post venta es segura. Al menos así nos pareció.
En esta ocasión específica ellos subcontratan con la empresa que nos lleva a visitar las ballenas, por lo tanto no hablan español en el barco pero coordinan con ellos todo lo que corresponde.
Los primeros pasos para visitar las ballenas
Muy temprano, a eso de las 6h30 de la madrugada, nos pasan a recoger al hotel, algunos ya están en el bus así que nos sentimos menos maltratados por la hora de recojo.
Los rostros de los que están sentados a nuestro lado denotan que fueron forzados a partir sin desayuno, nosotros los acompañamos en el dolor, la tripa avisa que no se conformará con nuestra alegría.
El guía nos explica hacia donde nos dirigimos, también nos informa que en lugar de embarque hay un pequeño restaurante que vende desayunos y que podemos abastecernos.
También nos informa que el tour dura unas 4 horas y que durante el trayecto servirán sándwich y bebidas a discreción.
Si bien el punto de observación es una zona natural de hábitat de las ballenas, nos anticipa que siempre hay una posibilidad de no verlas, aunque por esa zona es poco probable.
Hemos llegado al Village of Steveston, un pueblo pintoresco al sur oeste de Vancouver desde donde partiremos con Seabreeze Adventures, ofrecen diversos servicios.
El servicio y la embarcación
Debo reconocer que si solo se pudiera calificar la etapa inicial tendría mis dudas que la experiencia será positiva, sin embargo las cosas irían tomando forma.
Luego de unos treinta minutos de espera, las coordinaciones concluyen y pasamos a las oficias a recibir nuestros pases. Monadas de tickets que solo eran para ingresar, luego nos los quitarían.
El color según entiendo identificaba la embarcación que nos correspondería abordar pues había más de una que partiría esa mañana.
Hemos embarcado con calma y orden, tenemos asientos y equipos salvavidas disponibles para todos, la explicación es básica, disfruten, tomen fotos y diviértanse.
Hemos partido y conforme nos vamos alejando de la costa, nos despedimos de aquellas clásicas embarcaciones pesqueras que todo puerto pequeño o grande que se respeta conserva.
La aventura de avistar ballenas
La ruta es algo prolongada sin embargo no nos alejamos tanto de las costas como podríamos imaginar. Llevamos unos treinta minutos y aunque estamos disfrutando de la vista, aun no hay señales.
Algunos rostros comienzan a descomponerse, la tristeza encuentra albergue en las caras de algunos intrépidos, pero nosotros seguimos animados, continuamos en modo aventura.
De pronto nos avisan que estemos atentos, que las cosas están por mejorar, otra embarcación ha encontrado una familia completa en una zona cercana y aceleramos los motores.
El público se anima, los ánimos regresan y la emoción nos envuelve, ubicaciones van y vienen, cámaras listas para capturar el momento, todo puede suceder.
La paciencia tiene su recompensa, la primera ballena nos regala un salto y nos entusiasma, la gente aplaude por el espectáculo, no todos porque otros estamos tomando fotos.
Luego la barca da un giro repentino, nos avisan por altavoces que podemos avistar a la familia, que están en nuestra línea de fuego (para tomar fotos se entiende). Es cierto las vemos.
Nos ven, no se han incomodado, la embarcación reduce la velocidad y casi no hace movimientos bruscos, saben que las estamos observando, se engríen y juegan para nosotros, nuevamente festejamos.
La aventura continúa
No esperábamos verlas así, tan cerca, jugando con nosotros y dejándose fotografiar. Se alejan y partimos hacia una isla para ver lobos mientras dejamos un rato descansar a la familia.
Las emociones se calman, regresa el tiempo de ver el paisaje, contemplar la costa y el mar en parsimonia, disfrutar de las vistas y comentar los momentos que acabamos de vivir.
Llegamos a la isla pero nadie se entretiene, queremos más ballenas, no vinimos por lobos, el capitán lo sabe, partimos pronto de retorno dejando una estela en el mar.
En el camino de retorno volvemos a ver otras ballenas, esta vez más lejanas, sin embargo la gente se emociona, el barco tambalea porque la gran parte del peso va hacia un solo lado.
Seguimos disfrutando hasta cansarnos y luego nos sentamos. Comenzamos a revisar nuestras fotos, sabemos que el retorno tomará su tiempo.
Unos 40 minutos más tarde los restos de un puerto en deterioro nos alerta que estamos cerca a la costa. La imagen no deja de ser un final agradable.
La llegada al puerto
Dos cosas extraordinarias pasaron al final de esta aventura. La primera fue ver el puerto con el sol a nuestras espaldas y contemplar la alegría en rostro de todos, pero sobre todo de nosotros.
La segunda es que cuando desembarcábamos, queríamos tomarnos una foto y una pareja que conocimos en el viaje nos vio tan entusiasmados que nos tomó una de las fotos que guardo con más alegría y que hoy comparto con ustedes.
Gracias Vancouver por regalarnos un recuerdo tan especial. Si están en esta hermosa ciudad, a mi gusto futurista, no duden en realizar esta experiencia, hay muchas empresas que ofrecen el tour, solo elijan.
Disfruten su viaje.
“No he recibido ningún tipo de compensación (económica o no) por escribir este artículo,no tengo conexión material con las marcas, productos o servicios que he mencionado y mi opinión es independiente”
Uhauu que fotos!! Encima iban en familia las ballenas, hermosas! En mi pais también hay me dieron ganas de volver a verlas 👍🏻
Si, es espectacular verlas de tan cerca. Gracias por tu comentario, me alegra que te gustaran las fotos. Disfruta tu viaje.