San Petersburgo tiene mucho más que mostrar, esta vez, visitamos el famoso palacio de verano de los zares rusos, en la ciudad de Pushkin se yergue el impresionante y pintoresco Palacio de Catalina la Grande.
Iniciada su construcción en 1717 con Catalina I, no fue hasta 1752 donde se pudo apreciar lo que actualmente visitamos gracias a la visión de Isabel I.
La historia nos cuenta que en la época de la segunda guerra mundial, este palacio fue saqueado y la Cámara de Ambar desmontada completamente.
Catalina la grande
No podemos hablar del Palacio de Catalina, si no conocemos un poco de su historia y cómo una princesa alemana venida a menos se convertiría en la mujer más influyente de Europa durante más de 30 años de gobierno.
Opacada por Isabel la Zarina y por Pedro III el Principe heredero que se casó con ella para aparentar sus complicados estilos de vida y traumas de infancia. Catalina tuvo que abandonar todo y adaptarse a su rol.
Luego de más de 10 años de desprecio y presiones, comenzó a comprender los juegos del poder. A partir de su primer amante con quien daría a luz su hijo Pablo, al cuál no vería hasta casi los 11 años, supo que debía utilizar su poder a su favor.
Aprendió a utilizar a los nobles más influyentes, se juntó y fortaleció sus relaciones con la cúpula militar más importante y realizó sus jugadas más importantes.
A la muerte de la Zarina Isabel y después de 6 meses de aguantar los caprichos de Pedro III, logró hacer un golpe de estado acusando a su esposo de traición por apoyar las iniciativas prusianas producto de la relación que tenía con su amante.
Luego se encargaría del prisionero sin nombre quien en realidad era nada menos que Ivan VI quien vivía encerrado desde su nacimiento por orden de Isabel y a quien en un intento de rescatarlo lo mataron los guardias que tenían órdenes claras si se intentaba una fuga.
Liberada de Isabel I, Pedro III e Ivan VI, Catalina puede tomar el control de la corona. Con innumerables amantes en su lista, un ruso aprendido a la fuerza y 15 millones de súbditos dispuestos a apoyarla mientras tuviera su poder controlado.
Como Emperatriz, reescribió el Código legal Ruso y convirtió a San Petersbugo en una ciudad de primer mundo. Apoyó la literatura y el arte atrayendo la atención de toda Europa y el respeto de sus contemporáneos.
El Palacio de Catalina
El Palacio de Verano si bien es la obra de Catalina I e Isabel I, es Catalina II Ekaterina de Rusia la que le dio su esplendor justo y su valor imperial.
Ubicado en la ciudad de Pushkin a una hora de viaje de San Petersburgo, se encuentra el espectacular complejo de Palacios y jardines que comprenden este espacio que sirvió como espacio de descanso de los Zares en diversos Veranos.
Si bien los interiores son neoclásicos, resaltan espacios rococós y suntuosas salas postmodernistas.
La entrada es sobria no muy llamativa aunque los expertos sienten que es impresionante en lo personal no me sorprendió.
El salón dorado o salón del trono tiene ese estilo de barroco ruso con recargados tonos dorados en paredes y parte del techo. Este espacio fue utilizado como sala de baile y recepciones de diversos Zares, incluido Nicolás II el último emperador Romanov y padre de Anastasia quien probablemente jugó en este espacio.
El salón de los cortesanos es un espacio no tan grande pero acondicionado de tal forma que parece más amplio y muy confortable.
El comedor formal Blanco es probablemente uno de los espacios donde Catalina pasaría gran parte de su tiempo. En este espacio se daban las cenas formales y la Emperatriz tomaba sus alimentos por la tarde.
La sala de los retratos es otro espacio pintoresco y que cautiva por la presentación. Cuadros como los de Catalina II, Isabel Petrovna conocida como Isabel I o el de Natalia Alekseyévna, la hermana de Pedro el Grande entre otras.
Sin embargo el lugar más conocido y visitado es sin duda la sala de ámbar. Una sala completamente recubierta con pequeñas piezas de esta resina semipreciosa.
Deben saber que es una sala reconstruida completamente pues en la segunda guerra mundial este espacio fue desmantelada completamente por los Nazis quienes se la llevaron y nunca se supo más de las piezas saqueadas.
Si bien el Palacio tiene toda una serie de espacios imperdibles, no podemos dejar de lado la maravillosa presencia que tienen los jardines.
Tanto como competir con los de Versalles sería un error pues tienen su propia belleza y una distribución armónica que rescata su valor propio.
Datos útiles
El Palacio de Catalina está abierto todos los días de la semana excepto los martes. Su horario es de 12h a 19h por lo que deben organizarse bien para disfrutarlo con tiempo.
El acceso a los jardines es de 7h a 23h. Tomar en cuenta que si visitan el palacio en invierno, los horarios pueden cambiar por lo que lo más recomendable es verificar en la página oficial PALACIO DE CATALINA.
En ésta página pueden comprar sus entradas. Muy recomendable hacerlo por internet si lo visitan en temporada alta.
Para llegar tienes tres opciones: la primera es el tre urbano desde la estación Vitebsky hasta la estación Pushkin y de ahí tomar uno de los buses hasta el Palacio.
La segunda es tomar el metro desde San Petersburgo y optar por las estaciones Moskovskaya o Kupchino y de ahí tomar los buses hacia Palacio.
Finalmente la tercera y que fue la que nosotros optamos fue tomar un taxi. Utilizamos la aplicación local que descargamos en el celular Yandex.taxi que resultó ser una alternativa, segura, económica y confiable.
Como siempre si tienen interés en realizar esta visita guiada, les recomiendo los servicios de Anna Korol, ella y su equipo son geniales, hablan muy bien el español y conocen la historia y las historias que otros no te quieren contar.
Mis comentarios finales
La experiencia requiere un día completo, las personas que cuenten con tiempo pueden quedarse en Pushkin, hay muy buena oferta hotelera y de restaurantes de buena calidad.
Si visitan el Palacio, pueden aprovechar de visitar la exposición de carrozas que se encuentra cruzando la pista de del Palacio y que muchos dejan pasar sin darse cuenta de la belleza que está perdiendo.
Volvería y al igual que en Versalles me quedaría disfrutando de los jardines un día entero. Les recomiendo que busquen fechas en los que menos turistas lo visiten para que puedan disfrutarlo al máximo.
El invierno es una época tranquila pero con la nieve no es lo mismo y no se aprecia la belleza al 100% que tiene para ofrecer este Palacio.
¿Que opinas?