El Monte Saint-Michel, pintoresco y monumental, una isla al noreste de Francia en la Baja Normandía cuenta en su interior con la abadía que rinde culto al arcángel San Miguel.
En mi infancia, en los cuadernos del colegio, había la tendencia a colocar alguna foto de algún lugar extraño y lejano que pocos en esa época habían visitado. Una foto recurrente en mis recuerdos era la Abadía del Monte Saint-Michel.
Un lugar que debía conocer tarde o temprano y que sabía me sorprendería desde la primera vista. Todo lo que me imaginé que podría ser, lo es. Si tienen la oportunidad de visitarlo no dejen de hacerlo.
El Monte Saint-Michel
Cuenta la historia que en el tiempo de los Galos (llamados Celtas por los griegos) quienes controlaban estas tierras en el siglo III, existían el Monte Saint Michel y el peñasco de Tombelaine y estaban ubicados en el bosque de Scissy.
Según cuentan los manuscritos encontrados en el siglo XV, cuentan que el año 709 la marea de equinoccio fue tan violenta que terminó desapareciendo el bosque y dejando la isla separada de la península.
Sin embargo del peñasco no existen restos así que podría ser solo un mito. Lo que sí es real es que durante la antigüedad el único acceso por tierra era cuando la marea era baja, y en el tiempo de mareas altas debías entrar con embarcaciones.
Hoy si embargo puedes ingresar en cualquier época del año gracias al dique que une la isla con la costa de la península.
Como llegar, horarios y precios
Para llegar puedes tomar un bus desde París o el tren desde los diversos puntos de Francia de donde te encuentres, el acceso es fácil y las rutas están en excelente estado.
Si decides tomar el tren desde París, puedes ir en el TGV y llegar en 3h15 aproximadamente. Si compras con anticipación puedes encontrar tickets desde 25 €.
Visitar Mont Saint-Michel es gratuito, el ingreso es libre y podrás pasearte libremente por toda la ciudad que circunda la Abadía que se encuentra el la parte alta y central del Monte.
Mi consejo es que traten de tener paciencia y definir según su horario de visita y el flujo de visitantes si deciden conocer el pueblo antes o después de visitar la Abadía.
En cuanto a la Abadía esta la puedes visitar de 9h a 19h entre mayo y agosto y de 9h30 a 18h de setiembre a abril. Recuerda que la última entrada es una hora antes del cierre.
El precio de entrada es de 10 € por persona. Recuerda que no esta permitido el ingreso con bolsos grandes y no hay zonas para consignar objetos.
El pueblo del Monte Saint-Michel
Como se puede apreciar es una ciudadela de angostas avenidas amurallada y llenas de vida. Cada una de las entradas nos presenta restaurantes típicos, tiendas de recuerdos y muchas otras de dulces.
La congestión de turistas a pesar de haberlo visitado en Octubre es increíble, me imagino que en temporada alta debe ser una locura. Mucha paciencia, nosotros no soportamos mucho tener tanta gente caminando a tu lado.
Los restaurantes ofrecen una propuesta gastronómica variada y aunque todo parece atractivo, no es nada que sorprenda en sabor o presentación. A mi gusto resultó negativo el valor costo beneficio, si vuelvo, buscaré almorzar retornando a la ciudad y no en el Monte.
Las vistas son impresionantes desde cualquier punto de la ciudad y la esencia de una ciudad de la edad media la tiene en su mayor esplendor.
La Abadía
Sus inicios se remontan a la época cuando los Celtas realizaban sus cultos druídicos, luego los romanos que lo utilizaron como puente comercial. Con la llegada del cristianismo se inicia la fundación de la Abadía benedictina.
Mucha historia de guerras, incendios, construcciones y reconstrucciones han sucedido la historia del lugar donde hoy se puede apreciar el la Abadía del Monte Saint-Michel.
El recorrido es intenso, descubriendo los pasajes, las zonas comunes, la inmensa estructura arquitectónica y encumbrando la inglesa principal que es pura piedra y mucha espiritualidad.
Hay muchas buenas razones para visitar esta espléndida estructura arquitectónica, pero sobre todo por su belleza estructural. Toma tu tiempo para conocer cada esquina y cada espacio que sea posible visitar.
Al interior podrás descubrir muchas bellas sorpresas y un paisaje sublime que te transportará hacia un pasado de cruzadas y otras historias épicas.
Mis anotaciones
No hay forma de arrepentirse de visitar este lugar. Lo mejor es llegar temprano para visitar la ciudad del monte sin mucha gente y luego incursionar en al Abadía para descubrir con calma sus secretos.
Busca comer de retorno y no en la misma ciudad, mucha oferta pero poca calidad, supongo que el exceso de clientes no obliga a los ofertantes de mejorar sus servicios y productos.
Tomate un día completo para poder disfrutar de los alrededores. Los mejores ángulos de la Abadía son por los bordes laterales.
“No he recibido ningún tipo de compensación (económica o no) por escribir este artículo,no tengo conexión material con las marcas, productos o servicios que he mencionado y mi opinión es independiente”
Disfruta tu viaje.
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