Cuando viajas al Perú, terminas encontrándote tarde o temprano con esta pieza de artesanía (toros de Pukará) que suelen ser comprada por sus colores y formas. Pero te has preguntado cuál es el significado de éste bello recuerdo.
Nuestros viajes siempre se encuentran acompañados de simbolismos personales o sociales, de objetos que compramos para recordar visualmente nuestra experiencia. Pues bien, descubre que hay detrás de éste pequeño objeto de cerámica y anímate a llevarte un par de toros de Pukará en tu próxima visita a Perú.
Contexto
Quienes han viajado por la sierra peruana han podido apreciar en los tejados de las casas estas representaciones cerámicas del Toro de Pukará, siempre en pareja y acompañadas con una cruz cristiana. Si bien se pueden encontrar en casi toda la región andina, es sobre todo en el sur donde se puede descubrir los inicios de los famosos toros de Pukará.
Cuentan los historiadores que la tradición de proteger el hogar existe desde los primeros indicios de civilización andina y que con la llegada de los españoles se fueron integrando algunos elementos simbólicos nuevos a sus deidades clásicas.
En una fiesta tradicional en un pueblo llamado Pukará en donde se hacía un tributo a la madre tierra se comenzó a incluir al toro traído por los españoles como parte del ritual, pero lo pintaban de colores vivos y el ponían picante en su hocico para hacerlo más bravo.
Con el tiempo el vigor y resistencia del animal lo convirtió en parte de simbolismo popular de protección y los pobladores andinos comenzaron a representarlo a escala y colocarlo en los techos de las casas para honrar la felicidad, vigor y fertilidad.
Partes de los toros de Pukará
Convertido en un símbolo totémico, es hoy parte de la tradición colectiva de los andes peruanos y comprende un conjunto de elementos a resaltar en tan pequeña figura.
Un orificio en el lomo para evocar la generación de vida, la relación del agua con la semilla que es parte del proceso de riego tradicional, el envase que guarda la vida para que sigan otras generaciones.
Un asa decorativa que refleja la importancia de relacionar el cuerpo con la cabeza; la valoración ancestral de la energía sexual que debe ser controlada por la cabeza.
Un enjalme (albarda ligera) en el lomo para protección y cuidado, recordando que el peso del lomo es un sacrificio del hombre para lograr su auto realización.
Tres orlas del cuello representando el ascenso a la cabeza, el poder de la mente; un reflejo de los tres niveles de la cosmovisión incaica, los tres planos del mundo: el mundo de arriba, el mundo de aquí y el mundo de abajo.
Los ojos saltones y redondos representando la importancia de estar atento al mundo que nos rodea, pero sobretodo la capacidad de auto observarnos.
La lengua picante para recordar al hombre el uso adecuado de la palabra, para evitar que hagamos daño, evitando la mentira, la ira, el orgullo.
Las figuras orgánicas pintadas en todo el cuerpo que reflejan el espiral de la vida, lo terrenal. Según costumbres para los turistas se expresan como flores pero en realidad representan figuras mágicas como la culebra, el puma, el pez o el fuego flamígero propios de la cultura Pukará.
Ideas finales de los toros de Pukará
En los pobladores andinos la dualidad es reflejo del equilibrio de la justa divinidad y por esta razón siempre andan en parejas, nunca solos.
Este animal se convirtió así en parte de los elementos que representan a los dioses y hacen el rol de los ángeles en la tierra, protegiendo y dando fuerza.
Desde los techos son capaces de verlo todo y asegura que la casa este cubierta completamente.
Mis anotaciones
Intenten comprar aquellos que son producidos en Pukará, deberán tener todos los elementos mencionados anteriormente. Si no es posible, a menos los que cuenten con la mayor cantidad de detalles que es lo que lo hace un símbolo y lindo recuerdo.
Siempre cómprenlos en pares, es parte de la tradición y el efecto energético de su simbolismo será más efectivo.
En su origen los colores que se utilizaban era el blanco que representaba la pureza y protección de la pareja y el negro que representaba el ego y los defectos psicológicos, juntos encontraban el equilibrio.
Es un lindo recuerdo de cualquier viaje a Perú, se los recomiendo.
Más y más ganas de ir al Perú! Un torito podría ser una buena excusa!
Siempre habrá una buena razón para visitar el Perú y el torito es una más no te arrepentirás