Viajar en la nueva normalidad adaptándonos al cambio

Pensar en viajar antes y después de la epidemia es necesario, pues nuestros hábitos y costumbres cambiarán completamente.

Los aeropuertos, las aerolíneas y los operadores turísticos están incorporando sus protocolos para poder asegurar la seguridad en sus servicios.

Nosotros por nuestro lado estamos iniciando un proceso de adaptación y precaución por nuestra salud y la de los demás.

Expectativas de venir a lo nuevo normal

Si bien no es una vida post apocalíptica, esta será una forma de vivir en la cuál tendremos que estar atentos a diversos signos que nos prevengan de no ser contagiados sin saberlo.

Nuestros equipajes

Maletas menos pesadas y más fáciles de desplazar, serán necesarias para retirar más rápido nuestro equipaje o evitar registrarlo.

Reducir la cantidad de ropa que llevamos y utilizar un espacio protegido para los zapatos pues tendrán que estar constantemente limpiados antes de introducirlos de retorno al equipaje.

Contar con un kit de limpieza (guantes, máscaras, lentes y líquido antibacterial) deberán formar parte habitual de nuestro equipaje COVID-19.

Lavarse las manos antes de sacar cosas de su equipaje y antes de volverlas a guardar.

Nuestros hábitos de compra

Utilizar una tarjeta de crédito y evitar los billetes y monedas será cada vez más común y en algunos casos obligatoiro.

Las compras de entradas, servicios y otras necesidades se harán anticipadamente por internet, por lo que debemos contar con un buen sistema de protección de nuestros datos pues los intentos de engaño serán más comunes.

En el caso se vean obligados a utilizar la divisa local (billetes y/o monedas) es bueno contar con un monedero o billetera, evitar guardarlos en los bolsillos o directamente en sus bolsos.

Lavarse las manos o echarse el antibacterial si no tienen baño cerca, cada vez que tengan que realizar transacciones de éste tipo.

Nuestro comportamiento viajero

Muchos son expertos, gracias a lo que escuchan y leen en las redes sociales y probablemente gran parte de la información es cierta, pero también hay mucha que confunde.

Lo importante es tener en cuenta qué es lo que puede ser útil y seguro para nuestra protección y de los que están cerca a nosotros y qué podría ser perjudicial y contraproducente.

Los guantes

Empecemos por los guantes, por favor no los utilicen a menos que sean expertos en el control de sus movimientos y sean conscientes de dónde ponen sus manos el 100% del tiempo que los portan.

La OMS es clara, no es necesario y los médicos especialistas lo confirman, no aporta seguridad real, solo imaginaria pues el virus no se contagia por la piel.

Más aún si no eres capaz de recordar que tocas todo el tiempo que los portas, tarde o temprano llevarás tus manos sin darte cuenta a tu rostro y todo habrá sido inútil.

Finalmente si aún así quieren utilizarlos, por favor deben aprender a colocarlos y sacarlos para no propagar el virus y por favor desecharlos en un contenedor adecuado.

Las máscaras

Demasiada información y poca comprensión de la situación han generado acciones extremas. Hoy tienes quienes utilizan las máscaras hasta para dormir y los que no las utilizan jamás.

Si bien la OMS recomienda el uso exclusivo a las personas enfermas o a quienes cuidan de ellos, lo justifica por la escasez actual del producto, no porque no sea útil.

Si bien en la actualidad no podemos encontrar una cantidad suficiente de máscaras para cubrir la demanda comercial, en los próximos meses y a medida que vayamos abriendo las fronteras, los gobiernos procurarán la logística para asegurar la compra sin problemas.

Hasta el momento no hay estudios que relacionen el uso de máscaras con la protección contra el COVID-19, sin embargo hay estudios con otros virus que permiten determinar la razón de utilizarlas.

La principal razón es la probabilidad. Si, en un universo asintomático, el uso puede prevenir de manera significativa el contagiar a otros o lo contrario.

La razón secundaria es de conciencia cívica par no perder en el horizonte el hecho que existe una enfermedad pandémica que nos toca a todos.

Pero, por favor, esto implica saber cuál comprar. Las N95 son las más efectivas, las que hacen ahora de tela decorativas, habrá que testearlas antes de confirmar que son efectivas (cuidado con la moda).

Algo más importante es saber cómo portarlas cubriendo nariz, boca y mentón y tratando que estén pegadas a la mejilla lo más posible.

Finalmente, utilizarlas cuando sea necesaria. No en el auto, no en la casa (a menos que tengan un enfermo o ustedes tengan síntomas). Cuidado que requieren oxigenarse de tiempo en tiempo sino puede ser contraproducente.

Los lentes

La vía ocular también es una ventana de entrada para el COVID-19 por lo tanto no podemos dejar de lado la protección de nuestros ojos.

Los lentes de contacto, los que tienen medida o hasta los de sol pueden ser una barrera para el ingreso hacia nuestra mucosa ocular, sin embargo no son tán efectivos como los lentes protectores.

Pero tranquilos, no es que no los puedan utilizar para protegerse, sino que deberán cuidar mucho su limpieza y evitar estar retirándoselos constantemente, pues es ahí donde puede generarse el error.

Por el momento no hay estudios que determinen que el COVID-19 contamine el sistema respiratorio mediante la vía ocular, pero hasta ahora tampoco hay estudios que determinen que solo sea un virus respiratorio.

Los aeropuertos y la nueva normalidad

Los controles en los aeropuertos serán diferentes, deberás acostumbrarte a la revisión de la temperatura, a cuestionarios de descarte y al uso probablemente obligatorio de mascarillas durante tu permanencia en ellos.

Los sistemas de embarque serán más electrónicos y menos presenciales, tomar en cuenta para las maletas de considerar más tiempo de espera del habitual.

Disfruta tu próximo viaje

Ricardo Ruiz:
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