El Fairmont Royal York (Pagina Oficial) es un hotel de lujo de los más reconocidos de la ciudad de Toronto. Ubicado en el downtown, tiene una arquitectura que muchos hoteles podrían envidiar.
Farimont Royal York
Según cuenta la historia, este sería el tercer hotel que ve la luz en este mismo terreno y sus inicios como construcción datan de 1843. Datos históricos.
El actual hotel Fairmont Royal York, que por cierto ha pasado por innumerables remodelaciones y renovaciones es parte del centro histórico protegido como parte del patrimonio de la estación Central de Ontario.
Datos importantes
Para hacernos una idea, el hotel cuenta con 28 pisos de altura, 11 dedicados a los huéspedes de lujo, más de 1500 habitaciones de las cuales 898 son de lujo. Cuenta con 10 asensores dispuestos de los bloques principales, una piscina olímpica con un techo pintado en fresco.
A mi gusto con uno de los halls más impresionantes que he visto en mi vida en un hotel de lujo. Solo visitarlo aún si no se hospedan es una experiencia que merece la pena.
Mi estadía en el Fairmont Royal York Hotel
Mi llegada al aeropuerto de Bishop en Toronto Island, tiene sus ventajas. Un bus me espera para llevarme directamente a las puertas del hotel.
La ventaja es circunstancial pues el bus es del aeropuerto y conecta el mismo con la ciudad y tiene como último paradero la estación central de Toronto que se encuentra justo en frente del hotel.
La primera impresión cuenta y el personal que te recibe sabe lo que tiene que hacer. Es un lugar que se sabe vender desde la entrada.
La atención en el counter de recepción es igual de efectivo. La ubicación rápida de la reserva, las recomendaciones y consejos para disfrutar de las instalaciones y la clave del wifi.
He reservado una habitación ejecutiva, no es de las suites lujosas pero espero parte del lujo que amerita el precio. Subo por el ascensor y después de un largo caminar encuentro mi habitación.
No he quedado sorprendido, es una habitación clásica y pequeña, esperaba un poco más de espacio, sin embargo no decepciona. El colchón es cómodo y las almohadas más.
El baño me ha decepcionado un poco, esperaba más espacio y algo de emoción (lujo) pero es un baño corriente, común. Supongo que lo único interesante es el kit básico de limpieza que provee y que son productos de buena calidad.
Retorno al espacio de la habitación y doy una rápida mirada por la ventana, estoy en el piso 9 y casi al centro del hotel. Tengo en frente la estación central de Toronto y algo de los edificios del downtown.
Los servicios del comedor
Veo referencias y escojo el Restauránt y Salon Épic, tengo una reunión de trabajo esta tarde y aprovecharemos de tomar un café mientras charlamos.
El lugar es impresionante y el ambiente de primera. El personal del ingreso nos atiende gratamente y no ubica en una mesa central.
La persona que nos sirve sin embargo tiene otras intenciones. Es curioso ver en un personal de atención directa al público una persona todas las ganas de no atender.
Displicente y parca la mesera toma nota sin consultas, tres cafés y eso es todo, se voltea y se va. Luego retorna y deja caer las tazas, no las coloca.
Su atención deja mucho que pensar. Aún estoy confundido pero creo que la tarde terminará mejor cuando partamos, al menos eso parece que espera la mesera.
Al día siguiente por la mañana decido darle una nueva oportunidad al restaurante y me dirijo para el desayuno. En esta ocasión es en la puerta que no encuentran mi nombre.
No es un problema, lo solucionan y de dan pase. El desayuno es buffet pero tiene algunos detalles. Puedo escoger un homelette a mi gusto y me acerco al mozo para hacer mi pedido.
La atención es genial, la persona cerca a la mesa y que me trae los jugos, se esmera por darme un buen servicio. Es otra la actitud.
No se si la cámara o el hecho que estoy filmando todo pueda haber influenciado y la actitud sea distinta por esta razón, espero que no.
Otras instalaciones
El Fairmont Royal York es enorme, no puedo registrar todo pero trato. Subo a l gim que no es precisamente lo que esperaba, pero cumple su función. La piscina por el contrario es una joya de arte.
Curiosamente saliendo de esta zona, un agente de seguridad me detiene. Me mira raro debo reconocerlo. Me siento analizado de pies a cabeza y supongo que esta haciendo su trabajo.
Me pregunta si estoy hospedado en el hotel, me solicita mi nombre y número de habitación. Habla por radio con otra persona, no tengo la menor idea de quien sea aunque supongo que puede ser su supervisor.
La forma en que me trata me hizo sentir delincuente. Le muestro mi llave y no es suficiente, al rato y luego de comprobar mi identidad me deja libre.
Que desagradable momento, no entiendo bien que pretendía acusarme de algo o proteger a los huéspedes de mis posibles intenciones, porque lo que menos sentí fue un trato amable.
Supongo que la Reina de Inglaterra quien es regular concurrente del hotel cuando viene a Canadá, no ha pasado por estos inconvenientes.
Mis anotaciones
Tengo sentimientos encontrados, por un lado es un lugar impresionante, la calidad de sus instalaciones salvo los baños es increíble.
Tienen un programa de reciclaje envidiable y que debería ser imitado por otras cadenas hoteleras, mis respetos por esa iniciativa.
El problema es su personal, pareciera que han invertido tanto tiempo en remodelar el lugar que olvidaron la importancia del aspecto humano.
Los accesos y desplazamientos son muy buenos, se puede ir por el nivel metro directamente a la estación central y evitar salir a la calle, supongo que en invierno resulta genial.
Si tuviera que responder si volvería diría lamentablemente que no, al menos no a pasar la noche, probablemente volvería por la comida aunque tendría que soportar el trato de la mesera o esperar que me tocara una agradable.
Supongo que toda primera vez suele ser menos agradable de lo que uno espera, sin embargo espero que mejore porque el lugar tiene todo para ser genial.
Me gustaría volver pero por lo que uno paga espera recibir un servicio acorde y yo no sentí que se me trató de esa manera. Por lo tanto dudo que suceda.