Solo el impulso del romanticismo puede inspirar la construcción de un Palacete con tan delicada belleza. El Palacio de Monserrate es la cereza en el monte.
Es tan inspirador que Lord Byron uno de los poetas ingleses más renombrados del romanticismo le dedicó unas buenas líneas en su extenso poema: «Las peregrinanciones de Childe Harld».
El monte de la luna
Si debo utilizar palabras para describirlo, diré probablemente que podría vivir en este lugar hasta mi edad más avanzada y tendría todo lo que necesito.
Si bien la construcción del Palacio no ocupa mucho terreno, el espacio que incluye todas las estancias del parque de Monserrate y los diferentes jardines es inmenso.
La primera decisión importante es decidir por donde empezar, y nosotros decidimos ir por los bosques y jardines antes de visitar el palacio.
El camino está rodeado de cascadas, que debo imaginar fueron creadas cuidadosamente para integrarlas al paisaje como si fueran naturales.
Me gusta ver el rostro de mi Pati cuando disfruta un lugar, cuando se queda contemplando largo tiempo algo que llama su atención.
A lo lejos a mitad del camino cuesta abajo, encontramos los restos de una capilla rudimentaria, inicial, hecha de piedra y mutilada de extremo a extremo por el paso de algo, probablemente el tiempo.
Hemos llegado a una explanada, una especie de antigua laguna artificial nos presenta el pase de la historia, sin embargo tiene aún algo de emocionante.
Ahora podemos ver el Palacio, tenemos que tomar otro camino para subir. Iniciamos la ruta y caminando volvemos a toparnos con otra cascada.
No es algo que nos podamos resistir realmente se siente en armonía y nuevamente le pido a Pati que voltee, que muestre su rostro mientras con alegría tomo la foto.
El Palacio de Monserrate
Esta construcción tiene una estructura particular, con arcos góticos en todos los accesos de luz y dos grandes torreones circulares, es totalmente diferente a otras construcciones.
Debemos bordear la entrada pues el ingreso es por el lateral izquierdo. Justo al medio a la altura de la pileta interior y centro de distribución de pasillos y escaleras.
Este punto central nos permite contemplar el camino principal, aquel que dirige hacia la puerta de entrada y es simplemente una belleza de detalles y armonía.
Es una pena que al estar haciendo reparaciones, tengan descuidado el piso pues desmerece las fotos de esta zona que es tan singular.
Subo al nivel superior y Paty me toma una foto. Acá se puede apreciar la proporción de mi persona frente al tamaño impresionante del lugar.
En sentido contrario al pasillo principal hay otro que conduce a la sala de música y salón de eventos. Debe haber tenido grandes invitados.
Las habitaciones por el contrario nos sorprenden. La austeridad de las mismas se contrapone de forma significativa con los detalles y exageración del resto de la casa.
Pienso que alguna explicación debe haber pero no la conozco. Esto nos deja con preguntas pendientes y la verdad desilusiona el segundo piso.
Los alrededores del Palacio de Monserrate
Las vistas del parque que rodea el Palacio es agradable. Nos sentamos en unas bancas externas y contemplamos pasar el tiempo a nuestro alrededor mientras la brisa y los colores nos deleitan.
Siempre es reconfortante disfrutar en calma de la naturaleza, encontrar los tiempos de pausa que acompañan un buen punto de vista para una linda foto.
Casi iniciando el camino de salida, Pati me regala una foto. Yo estoy desbordando de alegría, he descubierto un lugar muy bello y no puedo ocultarlo.
Mis anotaciones
Si te encuentras en Sintra, no olvides visitar también el Palacio da Pena, el Palacio Nacional, El Castillo de los Moros y la Quinda da Regaleira.
La visita toma una media mañana y puedes encontrar que los caminos son largos. Existe un bus opcional gratuito que recorre las instalaciones y puede acercarte a algunos puntos con facilidad.
Al final del recorrido tienes un espacio de gastronomía y recuerdos que funciona en donde supongo antiguamente vivían los empleados del servicio.
Es muy pintoresco y los productos que encontramos ahí no los vimos en Sintra.