París en otoño, no es una mañana cualquiera, hoy hago mi ingreso triunfal al Palacio Nacional de los Inválidos. Atravenzando el Muséo de la Armada y la Iglesia de los Inválidos, llego bajo la gran cúpula al mausoleo de Napoleón Bonaparte.
La Iglesia de los Inválidos
Si bien Napoleón puede generar controversias, no se puede negar que es un personaje importante en la historia de la humanidad y realizó grandes aportes en gestión pública y las ciencias. Pero esta es la historia de la visita a su tumba y simplemente eso.
El ingreso es imponente, un espacio circular con accesos equidistantes a un gran hueco en el centro que deja ver hacia el nivel inferior. Cuando caminas hacia el enorme hueco te sorprende solemne y majestuoso y como si fuera hecho con intención premeditada, la primera vista del féretro, que obliga a todo visitante a bajar la cabeza para poderla apreciar y aún sin desearlo, sin darte cuenta le haces una reverencia a los restos del Emperador.
Sobre el zócalo de granito verde se apoyan los seis féretros al mejor estilo de una Matrioska (cada uno dentro del otro) conteniendo en el más interno construido de láminas de acero y recubierto de estaño los restos del Emperador. El segundo féretro es de caoba, el tercer y cuarto son de plomo, el quinto de madera de ébano y el último de roble (porfirio rojo).
Antes de descender, paseo, miro alrededor buscando que es lo que genera ese aroma de solemnidad, algo transmite este lugar que no es muerte, algo de paz, no lo encuentro, no lo entiendo, pero se percibe. Me siento un momento en una curva y miro los frescos del techo, los detalles de la impresionante arquitectura, todo es en grande.
En las aristas del centro, hay otras tumbas, reviso con calma, indago y leo. Es como cuando como algún postre o plato suculento, dejando lo mejor para el final. Encuentro la tumba de José Bonaparte, hermano mayor de Napoleón y Rey de Nápoles y España; también la de Jerónimo Bonaparte, hermano menor de Napoleón y Rey de Westfalia; la del Mariscal Turenne, estratega militar y héroe de guerra entre otros.
No me sorprende pero me apena no ver acá, la tumba de Josefina de Beauharnais quien fuera la esposa del emperador y cuyos restos reposan en la Iglesia de San Pedro y San Pablo de Rueil.
Ya estoy listo, ahora después de haber recorrido en círculos, es tiempo de descender.
El Mausoleo
Frente a la capilla, unas escaleras nos muestran un gran pórtico custodiado por dos estatuas (símbolos de la fuerza militar y la fuerza civil. En la parte superior una inscripción nos da la bienvenida.
Je désire que mes cendres reposent sur les bords de la Seine au milieu de ce peuple français que j’ai tant aimé.
Deseo que mis cenizas reposen a los bordes del Sena al centro del pueblo francés que tanto amé.
Otro circulo interior y otras tumbas que acompañan la visita. En el centro, donde la luz cae y como protegiendo a su líder, doce estatuas más (representando sus más grandes batallas) yo pensé que imitaban a los apóstoles , protegen la gran estructura, el sarcófago exterior, el más grande el de porfirio rojo, protegen a Napoleón.
Podría decir que es solo una tumba, pero no, sería injusto no reconocer cada detalle meticulosamente pensado para darle un lugar de reposo a Bonaparte que los franceses consideran que se lo merece.
Mis Anotaciones
El museo de abril a setiembre abre sus puertas todos los días de 10:00 a 18:00, salvo los martes que va hasta las 21:00 horas y de noviembre a marzo todos los días de10:00 a 18:00. El primer lunes de cada mes está cerrado
El precio de la entrada regular es de 11.00 €, aunque es preferible contar con la Paris Museum Pass que incluye el ingreso libre.
Para quienes no están muy interesados en las armas y la historia de las guerras pueden entrar por la puerta de la iglesia, la parte posterior del edificio donde se encuentra la cúpula y dirigirse directamente al mausoleo.
Para llegar es muy sencillo, si vas por metro las líneas 8 y 13, para la entrada principal la estación de Metro Invalides es la mejor opción, si deseas ir directamente a la tumba baja en Varenne y caminas hacia la cúpula. El REER también pasa por la estación Invalides.
Si vas por bus las líneas 28, 49, 63, 69, 82, 83, 87 y 92 pasan por la puerta o muy cerca.
Es una visita de unas 3 horas para ver todo, sin embargo el lado de la tumba se puede conocer en solo una.
Como dato curioso, dos símbolos de Napoleón fueron adquiridos para mi colección de pines, La Abeja dorada (un solo jefe, la sociedad ideal, recolectores de productos esenciales) y también La Concha de Santiago (reflejo del aprendizaje peregrino).
“No he recibido ningún tipo de compensación (económica o no) por escribir este artículo,no tengo conexión material con las marcas, productos o servicios que he mencionado y mi opinión es independiente”
Disfruten su viaje.