Era el amanecer de un domingo de verano, a principios de un nuevo año; la voz amable que anuncia el descenso, nos invita a mirar por la ventana al Amazonas.
Es la serpiente dorada que se muestra majestuosa e indomable, estamos en el amazonas.
Hemos guardado recursos, emociones y curiosidad para disfrutar de esta nueva ciudad, Iquitos y sus alegres comentarios de color y sabor.
Nuestra primera impresión es mixta, abrazados por el calor húmedo, el caos de las motos, los taxis y autos desbordan mi curiosidad e incertidumbre.
El lugar elegido en esta ocasión es parte del combo pues son los mismo dueños del Loudge donde nos hospedaremos posteriormente en nuestra inmersión selvática.
El Hotel Victoria Regia, nos recibe con bondad, amable trato en la recepción y ágil proceso de atencion.
Los espacios comunes amplios, bien iluminados y con una percepción de limpieza que se agradece. La habitación pequeña, funcional y básica.
El desayuno también básico pero completo y con frutas frescas de buena calidad así como el transporte del aeropuerto al hotel y viceversa están incluidos.
Caminar por el malecón con vista al rio Itaya nos impulsa a tener sentimientos encontrados. Cierto descuido en el cuidado de las veredas y algunos excesos en el recojo de la basura.
La vista es agradable, restos de tiempos de la gloria del caucho se dejan ver en fachadas adosadas de mayólicas portuguesas, columnas dóricas y otras excentricidades que ahora se encuentran en el abandono.
Espacios comerciales que invitan a descubrir la artesanía local y los recuerdos típicos de la selva, conviven con ciertos restaurantes bien presentados que se presentan para animarse a entrar.
Una caminata hacia el mercado de Belén, nos avisa prematuramente que hemos llegado tarde. Este lugar es para visitarlo temprano, pues por la tarde lo que queda son residuos de un día caluroso.
Una sola tarde no es suficiente para juzgar como se debe a esta ciudad que a pesar del desorden se muestra alegre, tranquila y muy colorida.
Tenemos la impresion que la noche en pandemia se presenta menos dinamica que lo habitual. Lo tomamos con calma y nos abastecemos para nuestra ruta de manana.
Heliconia el lodge del Amazonas
Para vivir la inmersión plenamente en el río Amazonas, contratamos el servicio en un lodge todo incluido llamado Heliconia.
Este paquete incluía el transporte del hotel hacia el puerto de embarque, el viaje en rio hasta el lodge y la estadía de 3 noches y cuatro días con las tres comidas y las visitas también incluidas.
Después del desayuno, a una hora prudente, partimos rumbo al reciente inaugurado puerto de ENAPU. Quedamos gratamente sorprendidos por su infraestructura.La embarcación que nos llevaba era el Helicona III y la ruta duró una hora y media aproximadamente.
Las vistas durante la ruta y las explicaciones del conductor, excelentes. Probablemente ha sido una de las semanas mas reparadoras que hemos tenido en mucho tiempo. Desconectados del mundo, sin internet, sin televisor, solos en contacto con la naturaleza y nosotros.
La comida cacera, variada, fresca, sabrosa y en buena cantidad, nunca nos faltó y nos gustó todo lo que probamos.Los ambientes amplios, limpios, bien acondicionados.
Las áreas comunes agradables (piscina, comedor, área de juegos) y las habitaciones en muy buen estado.Durante toda nuestra estadía, tuvimos un guía asignado que nos acompañó a cada una de las actividades programadas.
Las visitas programadas
Dependiendo de tu tiempo, el prgrama se adapta a tus dias de estadia, visitas, caminatas, experiencias y aventuras de todo tipo.
Hay muy buena organizacion de tus tiempos para disfrutar con calma, apreciar los momentos y descubrir diferentes aspectos del amazonas.
Siempre regresas con tiempo para disfrutar de una excelente comida y de los beneficios propios del lugar, piscina, juegos de meza, lectuas y cocteles a tu gusto.
Mis conclusiones
Vale la pena la experiencia en un 100%. No puedo comparar con otras empresas que brindan el mismo servicio, pero si puedo decir que nuestra vivencia fue de un excelente nivel si hablamos en función de lo invertido.
Tres días mínimo, sería recomendable aunque 4 son los correctos. Nosotros hemos hecho la experiencia en enero, pero hay otras épocas del año que también pueden ser muy buenas.
Sin duda volvería.