La Gran Estación Central de New York, ícono de la ciudad por su valor histórico, arquitectónico, cultural y cinematográfico, es hoy el escenario de miles de historias, algunas ciertas y otras…
Símbolo de reconciliación por defecto, la estación de trenes es un punto obligado donde llegas para despedirte, recibir, partir o llegar. Es el punto obligado donde un sentimiento debe ser expresado y debe ser en el momento justo.
La Estación Central
El tiempo juega un rol importante en este lugar, horarios de llegadas y partidas de trenes van cambiando sin cesar, las personas comprueban en sus propias historias cronométricas lo poco o mucho que falta para el acto simple de llegar o partir.
El el centro del hall, imponente y solemne se nos presenta el reloj principal, una pieza de gran belleza que nos obliga a mirar ya sea por sus segundos, sus minutos o sus horas.
Los astros, las constelaciones que a todos nos envuelven en el devenir de la incertidumbre o en la desesperanza de lo ineludible, están siempre sobre nuestras cabezas, representados por las estrellas.
En la Estación Central, el techo, que representa las constelaciones, es sin duda una belleza a disfrutar. Cuidado no está mal construida, al contrario está explícitamente hecha al revés, al menos eso es lo que cuentan los que la construyeron. Dicen que se pintó con la intención que fuera visto desde la perspectiva de Dios mirando hacia abajo como se acostumbraba en antiguas tradiciones del medioevo.
Cuando se mira en dirección a Cancer, se puede ver una mancha negruzca. Durante años el público que utilizaba las instalaciones, fumando cigarros y puros cubrieron el techo completamente de negro. La recuperación fue titánica, que quienes trabajaron en ella decidieron dejar esta marca para recordar a todos el esfuerzo que representó su tarea.
Otros detalles de la Estación Central
Justo al lado de Piscis un círculo negro en el techo es el símbolo de una estrategia tranquilizadora. En plena guerra fría, los soviéticos habían lanzado el Sputnik y el miedo colectivo se había apoderado de los Americanos por una posible destrucción aérea.
Por esta razón, el gobierno colocó en el hall de la estación, el gran misil antiaéreo Redstone y la punta del misil salía por el agujero que hoy es el círculo negro. La acción tranquilizó a la población y una vez que fue retirado, se decidió conservar el círculo como recordatorio de ese momento de la historia.
Cuentan las historias que un lugar como una estación de trenes no puede dejar de tener una sala de besos, y la Estación Central la tiene, muchas leyendas de Hollywood han dejado legados en éste lugar llamado la Sala Biltmore.
Curiosidad adicional, la Wispering Gallery, llamada en español la sala de los susurros, es un ejercicio a comprobar, pues dicen que si hablas susurrando de un extremo de la sala, en el extremo contrario te podrán escuchar fuerte y claro.
La gastronomía es otro fuerte atrayente de este lugar histórico y hay mucha variedad.
Me deja una sensación melancólica y me transporta por momentos a películas legendarias que han pasado por éste lugar. Es una visita que comparto porque alegra mi espíritu.
Mis anotaciones
La parte exterior merece un tiempo adicional, disfrutar su monumental estructura y poder apreciar las esculturas de Minerva, Mercurio y Hércules protegiendo y guiando los destinos de la Estación toma tiempo.
Siempre hay gente pintoresca con quien te toparás en un lugar como éste. Como en toda terminal que se respete, en el sótano podrás encontrar los servicios higiénicos. Y si tienes hambre, hay una gran variedad de opciones el en fast food al otro extremo de los servicios en el mismo nivel.
Decepciona un poco las tiendas y comercios que se han apoderado de espacios, forzando a desfigurar la imagen visual del lugar, pero es también parte de la historia.
“No he recibido ningún tipo de compensación (económica o no) por escribir este artículo,no tengo conexión material con las marcas, productos o servicios que he mencionado y mi opinión es independiente”