En los tiempos de bonanza y recuerdos gratos viene a mi mente la pintoresca Isla Margarita, lugar especial para los venezolanos que podían disfrutar de una de las mejores playas del caribe.
Una perla del Caribe en un lugar privilegiado, no cualquiera podía darse el gusto de disfrutarla, aunque siempre había ofertas.
La belleza de aquellos tiempos solo se comparaba con los hoteles todo incluído de República dominicana y en realida podría decirse que tenían más ventajas.
El ritmo de vida del turismo en esta isla era inagotable y los bellos e impresionantes complejos hoteleros convertían a la costa venezolana en una privilegiada.
Isla Margarita tenía grandes complejos que albergaban una cantidad impresionante de viajeros, solo podía disfrutarse en buena compañía.
Inclusive, el paraiso era tan completo que los precios de productos básicos era tan bueno que uno terminaba haciendo la despensa personal en esos viajes.
Espacio libre de impuestos era un paraíso para las compras fuera del descanso que prodibagan sus playas. No hay delito en comprar compulsivamente de vez en cuando.
Siempre volvíamos con las maletas llenas de este tipo de viajes.
En aquellos tiempos nuestro viaje fue una aventura de sabor y color, teníamos todo a la mano y el servicio era justo por el precio.
Lindos recuerdos me vienen a la mente cuando pienso en los cuatro restaurantes, las pequeñas tapas disponibles durante el día, el alcohol a disposición.
Podría decir muchas tantas cosas, pero esto es historia, los tiempos cambian y no recomendaría este lugar por estos tiempos.
Espero que las buenas épcoas regresen para este bello país al que me gustaría retornar para seguir conociendo.
No se si tenga la oportunidad de volver, pero si sé que no será en las condiciones del gobierno actual y en las que se deben encontrar tan bellas infraestructuras.