Patmos, entre rumores y principios de fe, las versiones de unos y otros siempre acaban cautivando a los visitantes. Es posible que sea porque uno de los ilustres residentes que vivió en esta hermosa isla griega , fuera nada menos que el Apóstol Juan.
Desterrado aparentemente por el emperador romano Domiciano, el Apóstol utilizaría este lugar como escenario de inspiración divina para escribir uno de los libros más vendidos de todos los tiempos Revelación o Apocalipsis, el último libro de la Biblia.
Es por esta razón que muchos visitantes se alborotan por tomar un bus para subir a prisa a la denominada Gruta del Apocalipsis, donde se dice se encontraría el espacio que utilizó Juan para escribir los rollos (pergaminos) del fin de los días de los cristianos.
En lo personal hay mucho por ver en esta hermosa isla, pero si eres creyente, es una linda oportunidad de descubrir otro lugar histórico de tu creencia.
Como llegar
La mejor opción y menos complicada es utilizando el Ferry desde el puerto del Pireo en Atenas o mediante un crucero como fue en mi caso, con dirección al puerto de Skala, el único de Patmos.
La frecuencia es elevada en temporada alta y en temporada baja hay otros transportes locales (Catamaranes) que viajan entre islas que pasan por la Isla.
Como desplazarse
Los taxis, son la más común alternativa del viajero que es práctico y no quiere hacerse problemas, se encuentran con facilidad a lo largo del puerto y puedes encontrarlos también para tu retorno casi de cualquier punto de donde te encuentres. La Isla en forma de 8 no es tan grande para desorientarte.
El transporte público, es una opción para el viajero aventurero y vivencial que aprovecha la oportunidad de ahorrar unos euros compartiendo un momento con el ciudadano de la Isla.
Los buses atraviesan de extremo a extremo y hay mayor frecuencia en la zona costera pero puedes solicitar indicaciones para averiguar las líneas que te lleven a los puntos de interés.
Alquiler de vehículo, ya sea auto o moto, es una alternativa para el viajero intrépido que quiere conocer la Isla a su manera, a su ritmo y con su espacio. A mi gusto las motos son la mejor alternativa para las subidas y bajadas del monte.
Botes, para quienes gustan de una vista diferente, un paseo o un desplazamiento de un punto a otro de la isla, esta también es una alternativa.
Patmos
La opción que nosotros tomamos, fue la de disfrutar de Las Playas. Con uno de los paisajes más bellos del mediterráneo, no es para menos querer disfrutar de los 60kms de playas con que cuenta la Isla.
Recomendarles solo una, sería incorrecto, dejo a su juicio escoger en el camino cuál les atrae y bajarse para disfrutarla.
Caminata por la ciudad, es casi un deleite descubrir ya sea en los alrededores del puerto en donde encontrarás pintorescas construcciones, tiendas de recuerdos y curiosos bares o en el antiguo casco urbano donde se pueden encontrar maravillosos edificios antiguos y que evocan una época de esplendor.
El Monasterio Fortaleza de San Juan, se encuentra en lo alto de la colina, se puede apreciar desde el puerto y es la mayor fortificación construida en las Islas griegas. Con influencia bizantina, las murallas almenadas son impresionantes.
La Gruta del Apocalipsis, atracción de creyentes y curiosos, se encuentra en la cima de la colina de Chorá. En la zona se encuentra un museo y el templo donde habitan 40 monjes que protegen y preservan el lugar.
Si tienes interés en alojarte hay mucha oferta para todos los gustos.
Mis anotaciones
El lugar es tranquilo y se respira calma, hay un equilibrio natural con la naturaleza y esto hace que el lugar sea ideal para descansar y dejarse llevar.
Supongo que esta paz puede haber influenciado en Juan para que obtuviera las revelaciones, de mi lado estaba tan tranquilo que no hubiera sentido si aquí llegaba mi fin.
Si gustas del nado submarino, la playa de Grigos es una buena alternativa para descubrir el mar Egeo.
Si gustas de la soledad y tranquilidad, la playa de Campos es la que concentra la mayor cantidad de turistas y la más organizada, no vayas.
Aún recuerdo mientras caminábamos con mi esposa de regreso de la playa por las tiendas del puerto, se sentía esa calma de pueblo pequeño, donde el tiempo pasa más lento, nos encantó el lugar.