En el camino de la historia, muchas son las culturas y pueblos que han trascendido por su legado. Los Incas forman parte de esta lista y el escenario de sus épicas proezas, no podía ser mejor que el Valle Sagrado del Cusco.
Un lugar con uno de los mejores climas de la región, fértiles valles que producen la mayor variedad de papas nativas y el mejor grano de maíz del mundo y bañado por las aguas del río sagrado de los Incas, el Villcanota.
El Valle Sagrado
Mis visitas al valle sagrado siempre han sido estimulantes. Viajé en mi juventud para comprender la experiencia de la vida comunitaria; acompañé a otros viajeros en su peregrinaje al Nevado Ausangate; realicé un tour gastronómico de la mano de nuestra buena amiga y guía Marcela; visité el Valle al estilo turista clásico con bus climatizado y almuerzo incluido, he subido y bajado montañas para entrar a los pueblos más alejados en experiencias espirituales.
En una ocasión, llegamos hasta un pueblo del Valle sagrado para saber sobre mi destino de la mano de un chamán, que sin exaltarse y mirándome con calma, me dijo que yo tenía las respuestas a mis dudas del futuro y que no necesitaba de él para avanzar en mi camino a la felicidad.
Que ver en el valle
Esto es real, es cultura viva, es tradición Inca reflejada en la vida actual y merece al menos un día mínimo cada pueblo, si no es más, pero esto es complicado para quienes vienen de paso, para los que obligados por los quehaceres ordinarios les cuesta tomar una pausa larga.
Aún si visitas solo algunos pueblos la experiencia será enriquecedora y tendrás un buen recuerdo de este generoso lugar.
Aconsejo ingresar por Písac, a las faldas del Cerro Intihuatana (lugar donde se amarra el sol), pueblo inquieto con mucho comercio artesanal, trabajos en cerámica, orfebrería y telares dispuestos en la plaza central. A mi gusto, uno de los mejores lugares para probar las empanadas al horno de leña. A nivel arqueológico destacan el observatorio astronómico y el cementerio inca.
Coya, predominantemente rural, es una zona para descubrir la comunidad, aprender de sus costumbres y contemplar la belleza de la naturaleza del valle. Punto de referencia de los restos arqueológicos de K Qapaq Cancha. El turismo artesanal va despuntando en este idílico pueblo.
Lamay, donde destacan la Gruta de Huispan y la Laguna de Pachar Chumpe (pesca artesanal). Lugar de peregrinaje, turismo ecológico y descubrimiento pues aquí se encuentra el Centro Arqueológico de Huchuy Qosqo o Qaqyaqawana.
Más lugares a descubrir
Calca, con una belleza espectacular y protegida por dos APUs: el nevado de Pitusira y el Sahuasiray, no tiene mejor presentación. Cuenta con dos baños termales naturales: Machacancha (aguas sulfurosas) y Minas Moqo (aguas cloruradas sódicas).
Huayabamba, es tradición, es un pueblo que presenta muchas costumbres andinas aún intactas, danzas, artesanía y expresiones religiosas.
Yucay, enmarcada por sus características geográficas en el carácter mitológico de la cosmovisión andina, es un lugar para conocer con calma. Espacio elegido por la realeza Inca preserva el Palacio Kancha del Inca Sayri Túpac. También se podrán visitar los andenes de Yucay.
Urubamba, la perla del Vilcanota, recibe a los turistas de aventura con los brazos abiertos. Ubicado en las faldas del Nevado Chicón, es considerado uno de los lugares más bellos del Valle Sagrado. La influencia de la Colonia, presenta sus rasgos más fuertes en esta zona, sin embargo se pueden apreciar vestigios de andenes y otras construcciones Incas.
Otros lugares que puedes descubrir
Ollantaytambo, emblemático y mitológico a la vez, su nombre proviene del titán de los andes Ollántay y quien pusiera en aprietos al mismísimo Pachacutec. Es una ciudad fortificada que ha conservado su esplendor. Tanto la ciudad como la zona arquelógica, merecen ser visitadas. Es también punto de referencia pues se encuentra la estación de trenes con destino a Aguas Calientes.
Luego Moray, popular por la construcción en piedra de cuatro estructuras circulares concéntricas, las cuales según los expertos podrían haber sido el centro de investigación agrícola incaico.
Al costado está Maras, importante por ser un punto de abastecimiento de sal desde la época de los Incas, los paisajes que presentan son inmejorables, tanto por las salineras como por las antiguas casas jesuitas construidas durante la Colonia.
Finalmente Chincheros, su mercado de los domingos es el ejemplo de la preservación del trueque como medio de pago y su mixtura religiosa con su gran iglesia en la plaza muestran como pueden convivir dos legados sin opacarse.
Hay transporte para todos los pueblos y aunque demanda tiempo y las rutas son cansadas, merece el esfuerzo.
Mis anotaciones
Una forma muy valiosa de conocer en profundidad el valle es alojándose en las casas de los nativos, hay comunidades que están preparadas para recibir a los visitantes y mostrarles de primera mano la experiencia cultural de los andes.
Si pueden programar al inicio de su visita una parada en Awanakancha (Palacio Textil), a solo 2o kilómetros de la ciudad del Cusco, es un espacio de promoción y preservación de las técnicas textiles ancestrales y a la vez de conservación y protección de Camélidos.
Para quienes no cuentan con mucho tiempo, los tours de un día no dejan de ser una alternativa aceptable para descubrir parte de este bello valle. El inconveniente a mi gusto son muchas veces los lugares que seleccionan para almorzar a voluntad con comida sin gracia en la mayoría de los casos.
Si descubren artesanías o textiles que les interesen, eviten regatear, respeten el valor del esfuerzo del artesano, los precios en general son justos.
Disfruten su viaje.
Ollantaytambo me encantó. Nunca pensé que un pueblito tan pequeño me gustara tanto. Me dio mucha pena no poder pasar unos días más allí. Si vuelvo a Perú algún día, está en mi top 10 para regresar.
Mi querido y entrañable Cusco tiene magia y el Valle es un reflejo de esa energía que fluye no solo entre sus Apus sino entre su gente. Si vuelves a mi Perú, avísame y te doy tips para un viaje inolvidable. Gracias por opinar, me anima a seguir escribiendo.
Perú era mi viaje soñado desde que tenía ¿13 años? Ahora me cuesta elegir destino, porque Perú era el que parecía inalcanzable.
Ojalá pudiera volver, pero es lo malo de estas cosas, intentas elegir nuevos destinos para que no se quede ninguno en el tintero. Si vuelvo, no dudes que te escribiré!
Por lo pronto dentro de poco estaré por el Sudeste Asiático, que espero que me aporte emociones tan bonitas como las que viví en el Valle Sagrado.