Visitar el Centro espacial Kennedy ha sido la culminación de uno de los tantos sueños de infancia que están en lista de cumplirse.
Es difícil recordar cuantas veces intenté recrear en mi infancia, la experiencia de volar, de sentir los efectos especiales que rondaban mis juegos y acercarme aunque sea por un instante a las estrellas.
Mi primer recuerdo
El primer intento se remonta a la trastienda de mis padres en la tienda donde vendían artículos de iluminación.
Había escuchado a mi padre explicar varias veces el concepto de la electricidad y la conducción de la misma y que era la base de los vuelos.
Mi padre había sido técnico de aviación y sabía de lo que hablaba. Yo a mis 8 años pensaba que comprendía con claridad sus explicaciones.
Aquella mañana tomé mi nave espacial armada con fluorescentes desechados y coloqué dos cables de corriente que introduje en el toma corriente con la intención que volaran.
Y si, volaron, y yo con ellos, creo que fueron unos tres metros de distancia mientras los fusibles del local hacían corto circuito y la tienda se quedaba sin electricidad.
Mi segundo recuerdo
Habiendo aprendido lo suficiente de la conductividad como para respetarla, era el turno de la electrónica y los robots que parecían humanos.
Ya habían pasado dos años y el negocio florecía, teníamos una segunda tienda y ahora mi trastienda se había convertido en todo un segundo piso para jugar.
Queriendo recrear la experiencia de ser robot, coloqué en mis pies dos cajas largas de fluorescentes rectos y dos más en mis brazos.
Preparé mis pasos y me di cuenta que podía avanzar sin problemas, me aseguré que no hubiera clientes y decidí bajar las escaleras para sorprender a mi madre.
Grave error de mis ensayos donde no requería articular, pues al primer paso en las escaleras perdí el equilibrio y rodé en una sola hasta el primer piso.
Recuerdo haberme despertado en el sillón del interior del primer piso mientras mis padres discutían que hacer conmigo.
Supongo que mis sueños de ir a la nasa no serían tan favorables después de tan malas experiencias.
El Centro espacial Kennedy
La vida me ha enseñado a pensar que no hay tiempo malo para cumplir mis sueños y aquella mañana mientras el bus doblaba hacia la avenida Nasa causeway, sabía que esta sería una gran aventura.
Al ansiedad cuando quieres descubrir un lugar con el que has soñado durante toda tu infancia y adolescencia, es brutal, se nota en tus poros y no se puede ocultar.
Supongo que el guía se dio cuenta de ello pues fue al primero que dio sus entradas, estableció las consignas y dejó partir para hacer la cola.
No esperaba tremenda cola para el ingreso, sin embargo la energía que emanaba jugo a favor nuestro y justo cuando nos disponíamos a pasar una hora, una puerta frente a nosotros comenzó a operar.
Visitando las zonas de lanzamiento
Supongo que al estar tan emocionado, no había preparado mi visita como suelo hacerlo en mis viajas y como viajábamos con un tour, esperaba más del guía como orientación.
Así que sin mucho análisis decidimos hacer primero la visita a las zonas de lanzamiento. Me encanta cuando dice área restringida y puedes pasar.
Hay unos buses que hay que tomar en grupos que se van formando y conforme se llenan, van partiendo a recorrer las instalaciones.
Debo reconocer que tratándose de la NASA esperaba un transporte más moderno y los buses escolares de los años maravillosos, pero bueno asumamos que tiene un valor histórico.
El bus sale de la zona de visitas y se introduce a la avenida principal, en unos 15 minutos mientras el guía va contándonos información útil comenzamos a divisar los que fuimos a buscar.
El hangar de previo al lanzamiento, las plataformas de despegue, las zonas de lanzamiento y mucho más. Les dejo algunas fotos de estos momentos.
Visita al Centro Apolo – Saturno V
Cuando pensamos que la visita a las zonas de lanzamiento ha terminado, el bus da un giro inesperado y nos dirige hacia una zona del campo donde una gran construcción se abre paso.
Centro inicial de operaciones de la misión Apolo. Acá se conservan los restos reestructurados de un cohete de propulsión desechable que se componía de varias partes y que sirvió en las primeras misiones.
Una vez en el interior pasaremos por varias experiencias que no vale la pena detallarlas, pero que les aseguro les van a gustar si como yo, tienen ese espíritu viajero.
Les dejo unas fotos de esos momentos.
Al final de las experiencias llegamos a un hangar museo que cuenta con réplicas del cohete Saturno V que fue utilizado para las misiones Apolos y Skylab.
Esta pieza fue la que llevó a la misión Apolo 11 en 1969 a realizar el primer alunizaje tripulado en donde Armstrong y Aldrin caminaron por la superficie lunar.
Hay mucho más para ver, incluida la cápsula original del Apolo 13, si donde viajó Tom Hanks, bueno no él pero, ustedes me entienden.
Visitando al Atlantis
Si bien la historia de los cohetes fue genial, la de los transbordadores fue aún mejor. Construidos para perfeccionar los vuelos y tener al menos una parte reutilizable de los mismos.
Solo se construyeron 5 transbordadores y sus historias fueron diferentes.
El primero fue el Columbia que se destruyó en su último reingreso a la tierra en el 2003.
El segundo fue el Challenger que realizó 9 misiones exitosas pero se desintegró en el despegue de su décima misión en 1983.
El tercero fue el Discovery que se convirtió en el que más misiones realizó con éxito sumando 39 en total. Hoy descansa en el Museo Nacional Aeroespacial de Washington después de su última misión en el 2011.
El cuarto es el Atlantis, el último en retirarse y uno de los más efectivos en misiones relacionadas con la estación espacial internacional. Realizó 33 misiones antes de retirarse en el 2011.
El quinto y último fue el Endeavour quien realizara 25 misiones y fuera retirado en el 2011 con la finalización de las operaciones directas de la NASA. Hoy descansa en el Centro de Ciencias de California.
Tampoco les contaré la experiencia pero les puedo decir que es genial. Llegar hasta el momento de verlo es emocionante y cuando estas al frente no puedes creerlo.
El tiempo se nos acabó, nos hubiera gustado seguir conociendo otros aspectos del Centro espacial pero teníamos una cita con el guía y el bus de retorno, la próxima visita la realizaré por mi cuenta.
Mis anotaciones
Les recomiendo que compren sus entradas con anticipación. PAGINA VISITAS, pues hay mucha demanda y tienen un límite de asistencia diaria.
Si les interesa ver un despegue oficial, pueden visitar la PAGINA OFICIAL y verificar las fechas de lanzamiento para poder hacer su visita en ese día y poder disfrutar del evento.
Vale la pena realizar las actividades como los simuladores y otras experiencias pero toma en cuenta la afluencia de personas y el hecho que deberás tener mucha paciencia.
¿Que opinas?